Desde Comunicación Interna, podemos planificar el estratégico proceso de inducción como una nueva manera de dar la bienvenida y fidelizar a la persona que ingresa en nuestra organización, desde el primer día.
Expectativas, motivación, nervios, ansiedad. Muchas emociones se ponen en juego para quienes comienzan un nuevo trabajo.
El primer día
Todos lo recordamos. Sobre todo cómo nos hicieron sentir. Pero la pandemia, y la posibilidad de que ese primer día no sea presencial, introdujo cambios que ya se venían estableciendo desde las empresas más innovadoras.
En la actualidad, en el área de personas se presentan varios desafíos. Uno de ellos es que las personas talentosas sean atraídas a trabajar para nuestra organización. En segundo lugar, que esa persona quiera y decida quedarse y crecer junto a nosotros.
Por ello, el proceso de inducción como solía llamarse introdujo cambios. Atrás quedaron el envío del código de ética o el manual de procesos. Hoy, se espera que la persona que ingresa viva una verdadera experiencia que la introduzca en la cultura organizacional.
Diseño de experiencia
Como cualquier proyecto o acción, desde Comunicación Interna debemos planificar cómo será este proceso, de manera que expectativas y realidad se conviertan en un único hilo conductor: es decir, que la persona que se integra al equipo pueda conocer qué se espera de ella y pueda comenzar a vivir la cultura de la organización, así como que esa expectativa generada pueda encontrar su correlato.
Algunas premisas para tener en cuenta:
- Informar de manera concisa y clara el propósito y la historia de la empresa.
- Dar datos sobre el área al que se integra, sus objetivos y los últimos logros.
- Brindar un cálido mensaje de bienvenida, alentando su incorporación, que puede ser del CEO o del Gerente de Área.
Fidelizar desde el día 1
Todo aquello que planifiquemos debe estar acorde a la cultura de la empresa. Si es una compañía muy tradicional, es raro que le entreguemos, al nuevo o la nueva integrante, props de bienvenida para que se saque una foto y postee en sus redes sociales.
Por el contrario, las empresas de tecnología que tienen una impronta muy activa en social media acostumbran entregar un kit de bienvenida que incluye desde artículos de librería, tazas, carteles, hasta set portacelulares y laptops, todo con el branding de la marca.
En esta entrega, además se invita al colaborador a sacarse una selfie, dar un mensaje de agradecimiento y arrobar a la compañía.
Entrenamiento
En determinadas empresas y/o puestos de trabajo, los colaboradores nuevos realizan un período de entrenamiento que les permite conocer procesos y cómo funcionan determinadas áreas.
Comunicación Interna debe facilitar información clara sobre este training y sobre lo que se espera de la persona al finalizar.
Esta información puede ser entregada por etapas de acuerdo a la duración del training.
Allanando el camino
La etapa de inducción también tiene un doble propósito:
- Que la persona que se integra viva desde el día 1 la cultura organizacional y esté motivada en su accionar.
- Que la compañía construya, también en este espacio, la marca empleadora.
Este período se convierte en un terreno fértil para generar engagement con los nuevos colaboradores, de manera que se conviertan en verdaderos embajadores de la marca/empresa/organización.
La marca empleadora no solo se construye con lo que los CEOs y gerentes de área tienen para decir en las redes, sino con las propias experiencias de los colaboradores, incluso los más junior.
Sin dudas, las primeras experiencias de un nuevo colaborador en la organización van a guiar su adaptación y, posteriormente, su rendimiento.
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