En esta nota te contamos de qué se trata la renuncia silenciosa, por qué no necesariamente debe ser algo negativo y cómo la Comunicación Interna puede convertirse, una vez más, en la solución.

Los más jóvenes no están dispuestos a dejar su vida en un puesto de trabajo. Tampoco tienen un hambre voraz por hacer carrera en una empresa. Las motivaciones y valores cambiaron.

Vivir para el trabajo

Este concepto quedó muy atrás. Ya nadie deja su vida por un trabajo como pasaba hace una década o más. Y la pandemia por COVID-19 también aceleró este proceso.

El disfrute por lo que uno hace, la motivación, una buena paga y el equilibrio entre tiempo laboral y personal, no siempre se dan en un empleo. Pero las personas, las más jóvenes, no están dispuestas a resignar muchas de estas cosas.

De acuerdo al último estudio de Deloitte, Buscando el equilibrio e impulsando el cambio social, Millenials y Generación Z buscan, en relación al trabajo: “equilibrio y oportunidades para crecer. El salario es la razón principal por la que dejaron a sus empleadores en los últimos dos años. Pero cuando se trata de lo que los hace elegir una nueva organización para trabajar, el buen equilibrio entre el trabajo y la vida personal y las oportunidades de aprendizaje y desarrollo son sus principales prioridades”.

Sin respuestas

Según una encuesta realizada por Ernst & YoungTrabajo Reimaginado 2022, el 47% de los colaboradores estaría dispuesto a renunciar y a cambiar de trabajo si tiene condiciones salariales más favorables, más flexibilidad y opciones profesionales.

¿Cuántas veces nos pasó hacer una solicitud de aumento de salario, pedido de cambios de horarios, mayor flexibilidad y no obtuvimos respuesta?
En la actualidad esa persona, que no obtiene respuestas frente a sus reclamos, comienza a hacer lo mínimo indispensable para cumplir con sus responsabilidades.

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Esto no quiere decir que dedique menos horas o que no cumpla con sus objetivos, pero sí el compromiso, la motivación, la creatividad, las ganas de crecer se van opacando hasta que la persona realmente solo cumpla con lo básico para lo cual fue contratado. Así va ejerciendo lo que denominan “la renuncia silenciosa” o “quiet quitting” como nació el término en inglés.

Nuevos valores

A pesar de que la “renuncia silenciosa” puede, en principio, tomarse como un concepto negativo, especialistas sostienen que no tiene por qué serlo.

Limitarse estrictamente al trabajo encomendado está dejando de ser mal visto. Quienes defienden esta postura parecen estar de acuerdo en que el principio básico es no trabajar en exceso. Y si bien no implica un cambio de vida definitivo, se trata en realidad de un cambio de actitud.

Atrás quedaron los malos vicios: ser workaholic, tener una ambición desmedida por escalar y que tu trabajo te defina como persona.

Además, se percibe un cambio en el estilo de vida, pasando de la idea de querer pertenecer y vivir para obtener pequeños lujos a una economía de la suficiencia, que se respalda sobre la idea de un reparto justo de recursos y beneficios.

Despido silencioso: la contracara

Como sucede muchas veces, un fenómeno que se instala por algún motivo, presenta su otra cara de la moneda. Se trata del despido silencioso.

La consultora Gallup lo expresó en un tweet:

La mayoría de nosotros hemos oído hablar de quiet quitting, pero ¿qué hay de quiet firing? Este término se refiere a los empleados que no son tenidos en cuenta. Incluye trabajadores que reciben poca promoción y no tienen oportunidades de desarrollo o crecimiento. ¿Has visto despidos silenciosos en acción?”

Desde Oxean, consideramos que cuando ambas situaciones se convierten en un problema tanto para el colaborador o la colaboradora como para la organización, es muy probable que esté fallando la comunicación entre ambas partes.

Comunicación interna, la solución

Sin dudas, la organización como empleadora y generadora de cultura, es quien atrae el talento y es la primera responsable frente a una situación como las que mencionamos.

Brindar reglas claras, ser honestos sobre las expectativas, generar un buen clima de trabajo, expandir la cultura organizacional para que las personas puedan vivir los valores de la compañía y tener una política de remuneración justa hacen a la responsabilidad empresaria.

Por otro lado, desde el área de personas es necesario comprender los nuevos escenarios, estar al tanto de las motivaciones y valores de las nuevas generaciones para brindar una journey experience cada vez más alineada a la búsqueda de los más jóvenes.

Una vez más, la Comunicación Interna toma protagonismo, habilitando los canales más adecuados, manteniendo un feedback permanente y generando espacios de intercambio para conversar sobre estos nuevos desafíos que se plantean.

Si quiet quitting está tocando tu puerta,

¡no dudes en contactarnos! ¡Juntos podemos generar un plan para fortalecer tu Comunicación Interna!

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